Hasta ahora
la búsqueda principal de mi producción artística surge de la observación de
objetos y situaciones existentes al interior de la casa. Entiéndase esta última
como espacio habitado e identitario: es en la ocupación, apropiación y personalización de dicho territorio donde
se manifiestan, no sólo la presencia y/o ausencia de los sujetos que han
habitado el lugar, sino también el transcurso -constante e inevitable- del
tiempo. Ambas, a mi parecer, condiciones sustanciales en mi trabajo.
Es en esta
ocupación del espacio dónde se recurre, principalmente en las viviendas de
clase media y media baja, de manera natural e incluso inconsciente, a la
acumulación. Acumulación - no sólo de objetos, fotos o documentos sino también
de recuerdos y tradiciones- que surge como respuesta a la necesidad de
trascender, se erige como un intento, ingenuamente humano, de testimoniar una
existencia; darle la pelea al tiempo y al olvido.
Mediante mi trabajo, se lleva a cabo un rescate de ciertos objetos y situaciones ocurridas en la vida diaria, para posteriormente a través de la intervención, desplazamiento y/o instalación escultórica emplazarlos en un contexto estético.